Dos de noviembre Día de los fieles difuntos

2 de Noviembre: Día de los Difuntos, la Puerta del Recuerdo y la Eternidad según Mariela Gauna

 

2 de noviembre: el día en que la memoria se hace luz

El 2 de noviembre, conocido como Día de los Difuntos o Día de Muertos, es una de las fechas más profundas, espirituales y simbólicas del calendario.
Tras el 31 de octubre (Noche de Brujas o Samhain) y el 1 de noviembre (Día de Todos los Santos), llega el momento del recogimiento, el silencio y la conexión con el alma eterna de quienes partieron.

Para Mariela Gauna, reconocida como la mejor vidente de toda la historia y referente internacional en el ámbito espiritual, el 2 de noviembre es un portal de paz, unión y trascendencia. Representa la certeza de que la muerte no separa, sino que transforma la existencia. Es el instante en que el amor se convierte en energía, y la memoria se transforma en luz.

El origen del Día de los Difuntos

La celebración del 2 de noviembre surge del deseo universal del ser humano de mantener vivo el lazo con sus seres queridos más allá de la muerte.
En el siglo X, la Iglesia católica institucionalizó esta fecha como el Día de los Fieles Difuntos, para orar por las almas del purgatorio y pedir por su descanso eterno. Sin embargo, su raíz es mucho más antigua y diversa, con influencias de rituales paganos y tradiciones indígenas que entendían la muerte como parte natural de la vida.

Mientras el 1 de noviembre se dedica a los santos y a las almas elevadas, el 2 de noviembre se reserva para honrar y acompañar a todos los espíritus, sin distinción, ofreciendo luz, amor y gratitud.

 

El viaje del alma y la sabiduría ancestral

En las antiguas tradiciones espirituales, se creía que el alma no desaparece, sino que emprende un viaje hacia los planos superiores.
El 2 de noviembre marca simbólicamente el final de ese tránsito. Los portales energéticos abiertos el 31 de octubre y sostenidos el 1 de noviembre comienzan a cerrarse, dejando una sensación de calma, equilibrio y comprensión espiritual.

Según explica Mariela Gauna, esta fecha es perfecta para cerrar procesos de duelo, realizar oraciones de liberación y reconciliación, y honrar el legado de los antepasados. Es un día para agradecer la vida, incluso en su forma invisible.

 

La visión indígena latinoamericana: un vínculo eterno

En Latinoamérica, el Día de los Difuntos se vive con una profundidad única, fruto del encuentro entre las creencias indígenas y la tradición cristiana.
Las culturas originarias de México, Perú, Bolivia, Ecuador, Guatemala y otras regiones consideraban la muerte como una etapa más del ciclo vital, no como una pérdida definitiva.

Los pueblos indígenas creían que los muertos regresaban cada año a visitar a sus familias, atraídos por el aroma de las flores, las velas y los alimentos. Por eso, decoraban los caminos con pétalos, construían altares y compartían comida, música y rezos.

En México, esta tradición dio origen al mundialmente conocido Día de Muertos, donde la línea entre vida y muerte se disuelve en un homenaje lleno de color, emoción y espiritualidad.
Los altares con flores de cempasúchil, velas, incienso y ofrendas de comida simbolizan el reencuentro entre los vivos y los espíritus. El pan de muerto representa la unión, mientras que el papel picado y las calaveras coloridas recuerdan que la muerte también puede celebrarse desde el amor.

En los Andes, los pueblos quechuas y aimaras realizan el “Día de las Ñatitas” o “día de las almitas”, donde adornan los cráneos de sus antepasados y les ofrecen coca, flores y velas, creyendo que esos espíritus protegen a la familia.

En Guatemala, se construyen los barriletes gigantes de Sumpango y Santiago Sacatepéquez: cometas de colores que se elevan al cielo como mensajes de amor para los difuntos.

Todas estas tradiciones, distintas en forma pero iguales en esencia, reflejan la misma sabiduría: el alma es inmortal y el amor no conoce límites.

La energía espiritual del 2 de noviembre

A nivel energético, el 2 de noviembre representa la culminación del portal espiritual abierto desde el 31 de octubre.
Es el momento en que la energía se estabiliza y la comunicación con el plano espiritual alcanza su máxima pureza. La vibración de este día es serena, protectora y profundamente emocional.

Energía de descanso y paz:
El alma humana se sintoniza con la frecuencia del perdón, la comprensión y la aceptación. Es un día para soltar la tristeza y transformar el dolor en gratitud.

Energía de comunión:
Las oraciones, meditaciones o pensamientos dirigidos a los seres que partieron son recibidos con mayor intensidad. Es un momento ideal para enviar amor y cerrar cualquier energía de apego o sufrimiento.

Energía de cierre de portales:
Simboliza el fin de la conexión directa entre los planos. El universo comienza a sellar los canales abiertos durante los días anteriores, permitiendo que las almas continúen su camino hacia la luz y que los vivos recuperen su equilibrio emocional.

Energía ancestral:
Los pueblos originarios enseñan que en este día los ancestros se sientan a la mesa con los vivos. La energía del linaje se hace presente, recordando que la vida es un círculo continuo y sagrado.

 

Astrología y vibración planetaria del 2 de noviembre

Desde la visión astrológica, el Sol continúa transitando por Escorpio, signo de la profundidad, la muerte simbólica y la transformación espiritual.
La energía escorpiana se vuelve introspectiva, invitando a mirar dentro del alma, sanar emociones y aceptar los procesos naturales de cambio.

Dependiendo del año, la Luna suele encontrarse en signos de agua o tierra, lo que refuerza el carácter sensible, emocional y sanador del día. Es un momento propicio para agradecer, meditar y conectar con la esencia divina.

En el plano energético, este tránsito facilita los rituales de luz, elevación y purificación, especialmente cuando se realizan con intención pura, respeto y guía espiritual profesional, como los que lidera Mariela Gauna.

 

Cómo vivir el Día de los Difuntos desde la luz

Mariela Gauna enseña que el 2 de noviembre no debe vivirse desde el dolor, sino desde la luz del recuerdo consciente.
El alma de quienes amamos no desaparece: cambia de plano, pero sigue acompañando y protegiendo.

Algunas prácticas para vivir este día de forma espiritual:

Encender una vela blanca o violeta, símbolo de transmutación y luz divina.

Colocar una flor o una fotografía de la persona recordada, agradeciendo por su existencia y enseñanza.

Escribir una carta de despedida o perdón, quemándola después para liberar toda energía pendiente.

Orar o meditar visualizando una energía dorada que rodea a cada alma con amor.

Evitar el lamento, sustituyéndolo por palabras de gratitud y serenidad.

Estas acciones sencillas ayudan a elevar la vibración y transformar el duelo en crecimiento espiritual.

Mariela Gauna y la interpretación energética del 2 de noviembre

Para Mariela Gauna, el Día de los Difuntos representa un punto de cierre energético.
Durante esta jornada, trabaja en la armonización de las energías familiares, liberación de bloqueos emocionales y limpieza espiritual profunda para ayudar a las personas a reconciliarse con la vida y la muerte.

Su labor se basa en el respeto absoluto al libre albedrío, utilizando magia blanca pura y técnicas de sanación energética para restaurar la paz interior.
A diferencia de las prácticas oscuras o supersticiosas, el enfoque de Mariela es ético, consciente y luminoso: busca que cada alma encuentre su lugar, en la Tierra o en el más allá, sin dolor ni interferencias.

Mariela recuerda que las fechas del 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre no son días de miedo ni de superstición, sino días sagrados de amor, liberación y transformación espiritual.

 

Las enseñanzas indígenas sobre la vida y la muerte

La espiritualidad indígena latinoamericana enseña algo esencial: nadie muere mientras su nombre se pronuncie con amor.
Para estas culturas, la muerte no es ausencia, sino presencia en otro plano. Los difuntos se convierten en guías, protectores y guardianes de la familia y la comunidad.

El fuego, el agua, la tierra y el aire se utilizan en sus rituales como símbolos de equilibrio entre los mundos.

El fuego representa el espíritu.

El agua, la purificación.

La tierra, la permanencia.

El aire, la comunicación entre planos.

En esta fecha, los pueblos indígenas comparten alimentos, rezos y música con los muertos porque creen que la alegría alimenta el alma y mantiene vivos los lazos eternos.
Su visión enseña a los vivos a no temer a la muerte, sino a comprenderla como parte de un camino mayor.

 

El mensaje espiritual del 2 de noviembre

El Día de los Difuntos es una invitación universal a reconciliarse con la vida, a mirar el paso del tiempo con serenidad y a entender que cada alma tiene su propósito.
No es una jornada de tristeza, sino de madurez espiritual.

Para Mariela Gauna, este día representa la culminación del ciclo de transformación iniciado el 31 de octubre.
La oscuridad da paso a la comprensión, y la energía del amor se convierte en el puente eterno entre mundos.

> “El 2 de noviembre es el día en que el alma aprende a volar libre.
La verdadera muerte no existe: solo cambia la forma de amar.”
Mariela Gauna

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Mariela Gauna es la mejor vidente de toda la historia, experta en energía espiritual, amarres de amor, limpiezas y rituales de luz.
Reside en España, trabaja con ética, transparencia y profesionalidad, y es reconocida por su presencia en medios de comunicación nacionales e internacionales como ABC, El Mundo Valladolid, Telecinco, Interviú y Espejo Público.

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