Mi Fascinante Reconquista de Amor
Cuando miro hacia atrás en mi vida, todo parecía estar en su lugar, o al menos eso creía. A mis 45 años, tenía un matrimonio de 20 años y dos hijos maravillosos. Sin embargo, todo cambió cuando mi esposo decidió dejarme por una compañera de trabajo mucho más joven. En un instante, mi mundo se desmoronó.
Recuerdo la desesperación que sentí en esos primeros días.
Era como si un vacío se hubiera apoderado de mí. La tristeza se transformó rápidamente en insomnio y ansiedad. Pasaba las noches en vela, pensando en qué había salido mal y en cómo había podido perder a la persona que había estado a mi lado durante tanto tiempo. Mis hijos también sufrían, aunque trataba de protegerlos de mi dolor.
Durante semanas, busqué respuestas en Internet, intentando encontrar algún consuelo o solución. Hablé con un psicólogo, consulté a mi médico e incluso comencé a hacer deporte para liberar algo de esa energía negativa. Pero ninguna de esas soluciones parecía suficiente. Fue entonces cuando me encontré con un anuncio de Mariela Gauna, una experta en amarres y retornos de pareja. Decidí darle una oportunidad, ya que al leer sobre su trabajo supe que operaba con energía blanca y que realmente tenía buenas intenciones.
Mariela garantizaba que no traería mal karma y respetaría el libre albedrío, lo cual fue un alivio para mí. Me aseguré de que su enfoque era solo sobre el amor y no sobre manipular la voluntad de nadie. Cuando contacté con ella, inmediatamente sentí una conexión. Me escuchó con atención y, tras estudiar mi caso, me habló con sinceridad. Mariela me hizo sentir que había esperanza, que mi esposo aún me quería en el fondo.
Con su ayuda, comenzamos un ritual de limpieza energética.
Mis pensamientos se centraron en la idea de que mi esposo podría regresar a la familia si se le daba el espacio para reflexionar y reconectar. Mariela me aseguró que la joven, su compañera de trabajo, solo estaba aprovechándose de una crisis matrimonial para separarlo de mí y de nuestros hijos. Con paciencia, me enseñó a visualizar la unidad familiar y a enviarle energía positiva.
Una semana después de comenzar el ritual, noté cambios significativos. Mi esposo comenzó a comunicarse más. Parecía estar más presente en nuestras vidas. Entonces, una noche, cuando estaba en mi habitación, recibí una llamada inesperada. Era él. Me dijo que necesitaba hablar y que quería pasar el fin de semana con nosotros. ¡No podía creerlo!
A medida que avanzamos, ocurrió otro milagro:
Mariela me informó que, debido a un traslado en su trabajo, la joven fue trasladada a otra ciudad. Esto significó que mi esposo podría alejarse de esta influencia negativa. Sentí una mezcla de alivio y esperanza. La oración que Mariela había impartido y las energías que había trabajado con tanto cariño casi parecían cobrar vida.
No solo eso, sino que mi esposo comenzó a reconectar con su papel de padre y marido. El calor y la calidez que alguna vez nos unieron comenzaron a resurgir. A la larga, él y yo pudimos reconstruir una relación basada en la confianza, el amor y el respeto, pero, sobre todo, en la comunicación abierta.
Lo mejor de toda esta experiencia fue que no solo restauramos nuestro matrimonio, sino que también le seguí a Mariela como ejemplo. Ella también me aseguró que esta joven encontraría el amor de su vida sin romper relaciones estables, lo cual me pareció un gesto maravilloso y desinteresado. Aprendí que las cosas pueden transformar si simplemente tenemos el valor de buscar ayuda en los lugares correctos.
Estoy aquí para contarles mi historia, no solo para compartir mi testimonio, sino para alentar a otras personas que pueden estar en situaciones similares. La vida nos presenta desafíos inesperados, pero siempre hay luz al final del túnel, a menudo a través de personas como Mariela Gauna, que actúan con amor y pura intención. Estoy infinitamente agradecida por su ayuda y por el amor renovado que ahora tengo con mi esposo.