¿Cuál es el significado oculto de la Semana Santa? Por: Mariela Gauna.
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La Semana Santa tiene un amplio significado en las personas, pero sobre todo porque van hacia el espíritu como forma de elevarse ante cualquier terreno material. Es la Semana Santa una época muy asociada con el sol, porque este le brinda de toda su energía a las personas y naturaleza y con eso conseguir generar vida, salirse por supuesto de letargo, símbolo de una resucitación completa, tal y como Cristo lo consiguió en esta temporada tan especial para todas las religiones.
Precisamente en este aspecto tan fundamental es en donde se encuentra todo lo que tiene que ver con la Semana Santa, en conseguir que un acontecimiento como este cree una resurrección, por lo tanto también es necesario conocer que esta semana incluye un mensaje oculto, una simbología de la que poco se habla pero que necesariamente debe saberse que tiene una vía esotérica, la cual vamos a analizar a profundidad en nuestro artículo para ti.
Esto también se encuentra sujeto a una buena cantidad de dudas, porque la Semana Mayor, como también se le suele denominar a la Semana Santa tiene una serie de estudios que van en detrimento del tipo de estudio que se esté haciendo, todos los puntos de vista posibles son los que hacen de esta semana algo esotérico.
Puntos de vista como una semana económica, política, social, de religiones sobre todo y hasta de la luz que arroja sobre las personas que la viven a plenitud. En esto interviene mucho la intimidad con la cual se observa a la Semana Santa y además bajo cuál lupa se estudiará. Por ejemplo, desde lo histórico tiene mucho que ver con todo ese proceso llevado a cabo por Jesús y más aún, acerca de su vida privada y en cómo esto trascendió hasta que le ocurrió todo el tortuoso proceso que lo hizo resucitar posteriormente.
Lo esotérico estuvo ausente por una enorme cantidad de tiempo hasta que posteriormente en el siglo XIX fue cuando se empezó a hablar acerca de los códices gnósticos, justamente en donde conseguimos a la Pistis Sofía. La arqueología ayudó a conocer pues a una serie importante de textos esotéricos asociados con la Semana Santa, no solamente de corte histórico sino que también ayudaban mucho en lo referente a la relación con Sagradas Escrituras y el manto de La Verónica además de todos los ladrones crucificados.
Detrás de la Semana Santa existió un gran Drama Cósmico, por eso que todo lo referente a la astronomía ayudan a confeccionar el panorama para un significado oculto del que muchas personas no tienen idea aún hoy en pleno siglo XXI. Uno de estos misterios se pregunta el porqué la Semana Santa es una fiesta movible, en donde también se celebra en todos los pueblos antiguos. Esto se responde con un Mito Solar, ya que muchos son los dioses del sol que estuvieron muy equiparados con Jesucristo y por eso se le suele denominar como una fiesta solar, de ahí ese mensaje esotérico del que hablamos.
El mensaje que todos han ignorado
Entonces llegamos hacia uno de los aspectos clave, ese mensaje oculto que todos han ignorado y que no puede pasar por alto de ninguna manera posible. Este significado oculto registrado en la Semana Santa cuenta con una serie de acontecimientos demasiado fuertes como para no tomarse en cuenta. Para todos los iniciados responde ante el hecho tal de tener que alcanzar la perfección en la pureza del espíritu, como igualmente la inmortalidad y sobre todo la auto realización, todos estos elementos son los que permiten al individuo tener un pleno completo de su persona.
La simbología de la Semana Santa tiene que interpretarse pues de la forma correcta si se quiere encontrar ese nivel de perfección espiritual. En tal sentido vemos como ciertas personas sin conocimientos sobre la Semana Santa obligan a las personas a no celebrar estas festividades, cuando en realidad es todo lo contrario, por lo tanto no hay que prestar atención ante estos llamados que poco o nada ayudará a nuestro interior.
El número siete está muy asociado con la Semana Santa, no solo porque tiene esta cantidad de días en sus festividades sino además por otros aspectos como la Alquimia, la Kábala y hasta la Anatomía Oculta. Existe entonces la Ley de Siete Principios que se explica mediante ciertas escalas musicales.
Dentro de esta ley se encuentran los siete días de la creación del mundo, los siete días que contiene una semana y además a todos esos siete planetas que anteriormente conformaban el sistema solar. Son una serie de niveles a los que el ser humano se ha acostumbrado sin darse cuenta pero que consiguen en la Semana Santa su poder más sagrado.
Desde el propio Domingo de Ramos hasta el Sábado de Creación guardan una estrecha relación con todos los siete días de creación y los siete planetas que cuentan con una visión relativamente fácil como la Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno. Estos siete días de creación entonces tienen una escala musical absolutamente completa.
Si repasamos al Domingo de Resurrección, este cuenta con la nota DO en una escala superior. Pero hablando sobre hechos concretos por ejemplo es muy notable que en la Semana Santa ocurrieron tres hechos que la marcaron: una entrada gloriosa a Jerusalén, el ataque hacia los mercaderes del templo y la propia maldición de la higuera estéril.
También dentro del significado esotérico que tiene la Semana Santa se hallan los días Jueves y Viernes Santo, en estos dos días ocurre la llamada dedicación especial que preceden al sábado y domingo. Por lo tanto dentro de estos dos días tan llamativos se realiza un trabajo grande para luego dedicarse a un reposo por completo.
Los estudios del Drama Cósmico que cubre a la Semana Santa sugieren que cada persona involucrada en los acontecimientos de Jesús corresponde a la psiquis de cada individuo. Es por eso que Jesucristo realizó milagros en esta época, porque se trabaja del Cristo íntimo antes que cualquier otra cosa. Pero fundamentalmente hablando de la Semana Santa, uno de los mayores retos de lo esotérico en esta época es el cambio de conciencia, es el objetivo pleno y primordial dentro de esta disciplina porque sin este no se puede alcanzar un estado de pureza como se necesita.
La conciencia del Cosmos está muy relacionada con el tipo de intelectualismo que se tiene dentro de la Semana Santa, es conocido este intelecto como la Intelección Iluminada. Es una facultad que solamente está al alcance de los súper hombres. Aquellas personas que han sido tocados por esta facultad manifiestan una característica de Fuego Bráhmico que los hace entrar en el círculo esotérico. Por lo tanto allí puede residir el secreto máximo de lo esotérico como también el propio secreto de la humanidad.
Quienes han entrado fácilmente en este círculo encuentran a una familia perfecta e inefable, que está conformada por todos los viejos Hierofantes, las Avataras, Profetas y Dioses. Los que han sido bendecidos como para poder entrar en este círculo o familia especial están por encima de sus diferentes razas al punto de poder mejorar a la especie humana con facilidad si así lo quieren.
No todos pueden conseguir tal estado, ni siquiera dentro de la Semana Santa y por ende son apenas unos pocos los elegidos para entrar en un círculo como este. La misión para ellos ha sido siempre la de sacar al mundo de las tinieblas y las traiciones que tanto se viven hoy en día.
Por otro lado el reconocimiento de la Semana Santa como un trabajo alquímico se ha visto muy asociado con que se tiene que vivir a esta época en el hoy y sobre todo a través de la Gran Obra. Es esta una coordinación que se puede leer fácilmente en la Biblia en el libro de Génesis. La gran obra está sujeta a una serie de procesos como la creación del hombre en primer lugar y su amplia relación con el entorno que los rodea para luego apoderarse de esto y servirse como Dios manda, sin embargo al deteriorarla la Gran Obra ve como sus esfuerzos no han resultado los correctos por el propio hombre como cabeza del error.
La Semana Santa por todos estos hechos ya demostrados se relacionan para conformar un hecho puramente esotérico y que no debe ser ignorado de ninguna manera.
Mariela Gauna. Experta en amarres de amor.