Significado del Fuego Sagrado de Vesta. Por: Mariela Gauna
Contenido
Los romanos acostumbraban a llevar a cabo rituales religiosos por diferentes razones, una de estas era el cuidado del hogar, en este sentido, la Diosa encargada del hogar era Vesta, descendiente de la Diosa Madre, también la protectora del fuego, por lo que tenía un papel importante pues era considerada la protectora de la comunidad y su fuego representaba el hogar de todos los romanos, la ciudad, el estado y un detalle aún más importante era que si este fuego se apagaba representaba un mal augurio.
Ahora bien, el fuego sagrado de Vesta era una llama “eterna” y sagrada en la antigua Roma, era custodiado por doncellas denominadas Vestales, este fuego sagrado se encendió por más 600 años y sin duda fue un gran símbolo de la Roma eterna. Este era renovado anualmente haciendo frotar dos palos de roble, el cual era el árbol sagrado de la Diosa Vesta.
¿Quién era Vesta?
Vesta era la diosa del hogar y protectora del fuego; hija de Saturno y de Ops, hermana de Júpiter, Neptuno, Plutón, Juno y Ceres; era conocida también como Hestia en mitología griega, no obstante fue mayormente reconocida en el culto romano, podría decirse que es una de las deidades más antiguas de Roma. Su símbolo es el fuego, y como hemos mencionado simbolizaba el hogar, el calor de la comunidad y la fidelidad familiar. La Vestal de mayor jerarquía se le llamaba Vestalis Máxima o Virgo Máxima, era la responsable y la líder de todas las Vestales del templo.
Fue convertida en Diosa protectora de Roma, por lo cual su particular fuego o llama era utilizada simbolizando el bienestar de todos, del estado; esta era la razón por la cual su fuego no podía permitirse que se extinguiera.
Para los romanos la chimenea era un lugar importante del hogar, no solo era utilizado para la preparación de alimentos sino que también constituía el altar familiar donde el padre de familia llevaba a cabo sus oraciones. Vesta era representada por una mujer hermosa que sostenía un cuenco votivo en una mano y en la otra una antorcha, de allí que fue considerada como la protectora del fuego y del hogar.
El significado del fuego sagrado
En la antigüedad, muchas culturas acostumbraban a mantener un fuego común para todos denominado “focus publicus”, como manera de servir de ayuda a los hogares en donde se apagara la llama de manera accidental, esto con la finalidad de facilitar el encendido, ya que este proceso constituía todo un protocolo muy complicado. Este fuego, con el pasar del tiempo se fue haciendo cada vez más popular hasta convertirse en un símbolo de familia y unidad.
El fuego sagrado de Vesta era una llama eterna y sagrada en la antigua Roma, como lo hemos señalado anteriormente, que ardía en el templo circular de esta Diosa, el cual se encontraba en el Foro Romano debajo del Monte Palatino, su extinción podía interpretarse como una desgracia, por lo que era custodiado, primeramente por dos doncellas, luego cuatro y finalmente dos, llamadas Vestales. Las vestales debían cuidar que la llama no se apagara, pues eran severamente castigadas con azotes y palizas, esto era considerado un grave delito.
Cuando es fuego se apagaba indicaba que la doncella encargada había retirado su protección de la ciudad. Este fuego era renovado todos los años en las calendas de marzo; en caso que este fuego se apagara lo encendían con vasijas de latón.
Los rituales a la diosa Vesta fueron abandonados en 394, ordenado por el emperador cristiano Teodosio, pues consideraba que era una práctica pagana, fue entonces cuando el fuego se extinguió en su totalidad dando origen a que el Colegio de Vestales desapareciera.
¿Quiénes eran las Vestales?
Las Vestales eran las guardianas del fuego sagrado de la diosa Vesta, eran llamadas sacerdotisas encargadas de custodiar el fuego, narra la leyenda que la primera Vestal fue Rea Silvia, la madre de Rómulo y Remo. El objetivo de las Vestales aparte de llevar a cabo los rituales en honor a la diosa, era cuidar que el fuego sagrado que ardía en el templo de Vesta no se apagara.
La sacerdotisa no podía dejar que el fuego se apagara porque sería severamente castigada, y si el motivo del descuido era por mantener relaciones sexuales, el castigo sería aún peor, dado que tenían voto de castidad pues pasaban a ser hijas del estado. Este castigo sería aún más terrible, ya que eran enterradas vivas en una cámara subterránea pues les estaba prohibido derramar la sangre de estas doncellas.
Sin embargo, las Vestales eran respetadas y adoradas por todos los ciudadanos romanos. Su presencia era imponente, cuando hacía acto de presencia ante un condenado a muerte, le era perdonado el castigo y el condenado era absuelto, perdonándole así la vida.
Es importante mencionar además que las vestales, eran seleccionadas desde que cumplían la edad de 6 años hasta los 10; tu sacerdocio duraba 30 años, tiempo en el cual deberían mantenerse vírgenes. Así mismo debían poseer una gran hermosura y ser de madre y padre reconocidos en la sociedad y su elección era llevada a cabo por el Pontífice Máximo.
Ventajas de las Vestales
Estas sacerdotisas disfrutaban de muchas ventajas que no disfrutaban el resto de las mujeres. La primera de ellas era que no estaban sometidas a ningún hombre; disponían de sus bienes. Cuando acudían a espectáculos públicos, tenían asiento reservado, además su palabra en los juicios era considerada como verdadera.
También llevaban un adorno denominado vincha, el cual identificaba su estatus en la sociedad. De allí que cuando una Vestal rompía sus votos era despojada de ella. Tenían además la autoridad para perdonar a algún condenado en determinadas circunstancias. Otra gran ventaja que disfrutaban estas doncellas era que al terminar su sacerdocio podían volver a la vida normal de otras mujeres conservando sus derechos. Podrían casarse siempre que lo hicieran con algún miembro de alto rango en la sociedad. Podían disfrutar de su dinero sin problemas a futuro; quienes se casaban con una Vestal adquiría prestigio por ello siempre tenían pretendientes.
La casa de las Vestales en el Foro Romano
Hemos señalado que el templo de la diosa Vesta estaba ubicado en el Foro Romano; la casa de las vestales también se encontraba allí. Tenían un gran patio con piscinas; por otra parte, si alguna de las Vestales moría era sustituida por otra, que no necesariamente debía ser virgen. Podría tratarse de jóvenes viudas o divorciadas, sin embargo el voto de castidad se debía continuar mientras durara su sacerdocio.
Los festivales vestales
Las fiestas vestales eran denominadas Vestalia, y se celebraban del 7 al 15 de junio, sin embargo, solo podían entrar al templo sagrado las madres de familia que llevaban platos de comida. Estas ceremonias eran llevadas a cabo por las Vestales, en donde recogían cereales y elaboraban tortas saladas y la Mola Salsa, una torta no comestible.
La Vestalia era una de las festividades más esperadas en Roma, donde las Vestales eran su figura principal. Durante esta festividad las mujeres madres podrían entrar al templo, ya que Vesta era la diosa de la familia y la pureza. De hecho, la historia nos narra que la única oportunidad donde se podía ingresar al templo era durante estas festividades.
También durante la Vestalia, las estatuas de la diosa eran paseadas por las calles en procesión y el pueblo las seguía. Así mismo, las Vestales eran cortejadas por las matronas, las cuales tenían un gran poder en la sociedad romana y que seguían a las Vestales descalzas con la finalidad de honrar a la diosa Vesta.
Resulta interesante comprender el significado del fuego vestal, el cual se origina ante la necesidad de mantener una ayuda a quienes quedaban sin fuego en su hogar, trasladándose a otras culturas, por lo que su extinción era vista como una tragedia, razón por la cual debía mantenerse encendido.
De igual manera, la custodia de este fuego se originó con las Vestales, se escogían precisamente jóvenes que no estuviesen casadas ni con obligación de atender el hogar, de allí que eran seleccionadas vírgenes para ocupar este cargo; quienes además disfrutaban de grandes beneficios.
En cuanto al atuendo de las Vestales era reconocido de inmediato, iban vestidas con el más fino y delicado lino, color blanco y una orla de púrpura. Esta tradición se mantuvo hasta el año 394, cuando el Emperador Teodosio prohibió la celebración de estos rituales por considerarlos paganos, apagando la llama de Vestal y cerrando el templo; poco tiempo después cae el Imperio Romano, ¿Coincidencia o desgracia?
Mariela Gauna. Experta en amarres de amor.