El poder de las palabras en nuestra vida. Por: Mariela Gauna
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Los seres humanos hemos sido dotados de un enorme poder como es “la palabra”, nuestra capacidad de raciocinio así como nuestro lenguaje verbal y corporal es los nos hace diferente a los animales. Tenemos la virtud de comunicarnos, expresar lo que sentimos y vivimos, son tantas las maneras de hacernos sentir en el Universo, de compartir y sentir que no estamos solos; por ejemplo cuando saludamos el solo hecho de pronunciar la palabra “hola”, ya nos hace sentir que tenemos compañía, que nuestro transitar por la vida viene dado por la forma en la cual nos comunicamos.
Con una sola palabra podemos dar a entender muchas cosas, positivas y negativas; si revisamos un poco la cultura egipcia, nos daremos cuenta la gran importancia que le daban a la palabra; de hecho los egipcios son los pioneros en desarrollar la escritura, una manera de expresar también las palabas.
En este sentido, Mariela Gauna nos señala que es importante saber que las palabras provocan una serie de sentimientos en cada uno de nosotros, las palabras son “magia” y poder, y es precisamente esta última: “poder”; una palabra que significa mucho; la palabra “poder” tiene la capacidad de cambiarlo todo. Por eso es muy importante cuidar lo que pensamos y decimos, pues las palabras no solamente son las que salen de nuestra boca sino también de nuestros pensamientos.
¿Realmente tienen poder las palabras?
Cuando nos comunicamos con las demás personas, nuestras palabras son las que realmente nos definen, la forma o mejor dicho el lenguaje que utilizamos para expresar nuestras ideas es fundamental; cuando estamos alegres, agradecidos y motivados, definitivamente expresamos palabras que a todos agradan, inclusive a nosotros mismos, nos sentimos felices y vemos la realidad desde un punto de vista positivo; sin embargo, no todo el tiempo nos sentimos alegres. Existen momentos en los cuales tenemos sentimientos de rabia, de tristeza, de presión, de angustia, y es allí donde también reflejamos nuestra otra parte, me atrevería a decir que “a nuestro otro yo”.
Ahora bien, si pensamos un poco acerca de las palabras, seguramente recordaremos cuando éramos niños, sabíamos que si decíamos una “mala palabra” delante de nuestros padres quizá nos castigarían de alguna manera y entonces cuidábamos nuestro vocabulario. Una vez que nos hacemos adultos descuidamos este comportamiento muchas veces y expresamos nuestras ideas de una manera negativa, haciendo daño a quienes están a nuestro alrededor.
Y aunque nos parezca increíble, cuando callamos también podemos hacer sentir mal a la otra persona, especialmente en las relaciones con nuestros seres queridos, nuestra familia y nuestra pareja. Por ello una adecuada comunicación mediante un diálogo positivo podemos lograr mucho más cosas positivas.
Lo mismo sucede con nosotros mismos; nos imponemos límites a través de las palabras, por ejemplo, nos decimos: “No puedo hacer….”, “No tengo tiempo para nada”; “Quisiera, pero no puedo”; “No me siento capaz de hacer….”; estas frases negativas bloquean nuestra mente, recordemos que la mente es muy poderosa. En entonces cuando debemos aprender a modificar nuestro lenguaje para poder obtener una retroalimentación positiva que nos permita disfrutar de todo lo que existe a nuestro alrededor, a mirar los problemas de la vida desde una óptica positiva.
La manera como expresamos lo que sentimos en un momento determinado, con palabras positivas o negativas, como por ejemplo las quejas, la gratitud, los reproches, van a determinar realmente lo que las personas piensan de nosotros; además de incidir en nuestro comportamiento y en nuestro estado de ánimo. Cuando le preguntamos a la vidente Mariela Gauna, acerca del poder de las palabras nos respondió: Quizá nunca te hayas preguntado: ¿A quién le gusta estar al lado de una persona que se queja por todo, del calor, del frío, del olor de las flores, de la comida, de una situación económica poco favorable? Si te detienes a pensar un poco sobre ello, lo más seguro es que tu respuesta sea: “A nadie”. Y permíteme decirte que estás en lo cierto.
Ahora bien, te cito otro ejemplo: ¿Si en lugar de una persona que se queja por todo, te encuentras con una persona que aún sabiendo que no está en su mejor momento, la encuentras con una sonrisa y una amabilidad en su trato que te impacta? También lo más seguro es que respondas: Vaya, cómo hace para estar tan feliz. Entonces hemos dado respuesta a la pregunta de esta sección.
Mantengamos pensamientos positivos hacia nosotros mismos
Mariela Gauna, no solamente es experta en amarres de amor, también tiene una amplia formación y experiencia en psicología y coaching motivacional que le ha permitido ayudar a muchas personas a modificar su conducta a través del cambio de pensamientos negativos en positivos, dedicándonos palabras que nos motiven y nos eleven la autoestima y logrando eliminar esas frases negativas que afectan a nuestra vida y nuestra salud.
Debemos creer en nosotros mismos, recuperando la seguridad y la confianza a través de frases positivas como: “Yo soy capaz”, “Soy exitoso(a)”; “Yo merezco una vida mejor”; todas estas afirmaciones, aunque en un principio nos cueste un poco pronunciar, nos irán motivando de manera progresiva para mejorar notablemente nuestra autoestima y calidad de vida, cambiando nuestra realidad. De igual manera es importante dejar de darle importancia a las situaciones negativas que ocurren en nuestro alrededor y reconoce mejor todo lo positivo que llega a tu vida, así podrás recuperar tu ánimo.
Enriquece tu vocabulario con palabras optimistas
Cuando una persona dice “no puedo”, de seguro no podrá; por eso es importante crear en nuestra mente frases positivas, es decir, eliminar la palabra “NO” y transformarla en una expresión afirmativa, por ejemplo: En lugar de decir “No se cocinar”, puedes decir «Estoy haciendo todo lo posible por aprender a cocinar”. Este tipo de ejercicios al principio pueden resultar un poco difícil de llevar a cabo, pues estamos acostumbrados a declarar las cosas de manera negativa.
Sin embargo; una vez que te acostumbres a practicarlo, cambiando la palabra “NO” te sentirás mucho más optimista y lleno de energía positiva, recuerda que somos lo que pensamos y decimos, así que no te dejes llevar por las situaciones adversas, pon de tu parte, que tu mente y tu cuerpo te lo agradecerán.
Cuando mantenemos un vocabulario pesimista, nuestra vida se inclina hacia ese lado de la balanza, deseamos todo lo bueno para nuestra vida pero con la palabra declaramos lo contrario. Empieza desde ahora mismo con pequeños ejercicios y verás la diferencia en tu día a día.
Mariela Gauna nos refiere que mantengamos esa inocencia de cuando éramos niños y no decíamos palabras que pudieran ofender o perjudicar a los demás, practiquemos a diario estos consejos:
- Respeta siempre las ideas de las demás personas aunque no estés de acuerdo; de igual manera haz que respeten las tuyas. Valórate y valora a quienes están a tu alrededor.
- Enfoca tu atención en la solución; mantén frases optimistas siempre presente en tu mente.
- Deja de quejarte tanto y culpar a los demás de tus propios errores, sé parte de la solución.
- Jamás insultes ni critiques, recuerda que todo en esta vida regresa multiplicado, recuerda que las ofensas provocan malestar.
- Hazle saber a quienes te rodean lo importante que son en tu vida.
- Formula preguntas en lugar de ordenar, por ejemplo evita decir: “Tienes que resolver” puedes decir: ¿Qué te parece si entre los dos buscamos la solución?
- Cuando estés en una conversación demuestra interés por el interlocutor. Expresa frases como: “Tienes razón cuando dices…”.
En consecuencia, y ya para finalizar podemos expresar que las palabras que utilizamos para comunicarnos son poderosas, con ellas podemos hacer sentir bien y al mismo tiempo crear un problema; por eso es muy importante que mantengamos el control de las mismas, primeramente hacia nosotros, llenémonos de amor con frases positivas y luego hacia los demás, con expresiones que demuestren nuestra calidad humana y el respeto hacia los demás.
Recordemos que somos seres humanos capaces de pensar y analizar todas y cada una de las situaciones que se nos puedan presentar y nuestro vocabulario forma parte importante en la manera en que nos comunicamos y expresamos lo que sentimos. No siempre podemos estar de acuerdo con todos, pero nuestras palabras y la manera de cómo vamos a decir las cosas deben ser cuidadosamente revisadas, muchas veces ofendemos sin darnos cuenta y otras veces nos ofenden también sin querer, sin embargo, seamos conscientes y cuidemos lo que vamos a decir.
Mariela Gauna. Experta en amarres de amor.